domingo, 29 de octubre de 2017

Sábado de Búsqueda






Hermosillo, Sonora

Ayer un grupo de amigos nos dirigíamos al INM a visitar a los migrantes (costumbre nuestra de cada sábado). Al hacer alto en un semáforo frente a la casa de la cultura, se encontraba un joven con un letrero que decía que es migrante y que pide apoyo. Mientras cambiaba la luz, lo observe y veía las reacciones de los otros automovilistas.

Un chófer le dio un trozo de pizza al migrante, se paró muy cerca de nosotros para comer, se acercó otro joven que limpia parabrisas y le pregunto ¿que si donde regalaban pizza? el migrante le dio la pizza al joven "toma te comparto..." Esta imagen "Eucarística" me impacto mucho, me dejo inquieto... Mi reacción fue hablar con él, le pregunte que, si va a Estados Unidos, él me dijo que es de honduras y va de regreso a su tierra, porque no pudo cruzar por la violencia de la que ha sido víctima. Entonces nosotros le comentamos que la mejor opción, si quería regresar con bien era entregarse voluntariamente al INM, el cual él dijo que no le gusta estar encerrado, apenas comenzábamos a dialogar cuando cambia la luz del semáforo y comienza a sonar algún claxon para que avancemos... Era un joven con desilusión y a la vez con esperanza... 

Llegamos al INM esperamos unos minutos y salió un guardia a decirnos que en esta ocasión no era posible pasar porque se encontraba un grupo de 32 migrantes y venían un "poco acelerados" y para no arriesgar a ellos y a nosotros era mejor no pasar hasta que el ambiente no sea "tan pesado". (Cuando vi al joven en el semáforo pensé "hoy no vamos a entrar al INM")


El grupo de amigos en esta ocasión éramos 3 (dos hombres y una mujer) nos quedamos afuera del INM dialogando sobre las impresiones del joven hondureño, compartimos algunas inquietudes y la decisión fue ir a buscarlo para hablar, por lo menos que se desahogue y si es posible convencerlo de que se entregue voluntariamente para que no le pase nada en su peregrinar. Y así fue. Nuevamente nos encontramos con él, estábamos parados en el camellón del mismo semáforo, y comenzamos primero presentándonos, Paco, Carlos y Lupita, él se llama Wilson. Le comentamos que la vía más segura es el INM, porque tiene donde dormir, le ofrecen comida mientras gestionan su proceso para el regreso a su tierra.

Él dice que prefiere "bajar" porque así hay más posibilidad de juntar un dinerito y poder mandar algo a su familia, nos comentó que lleva casi todo el día en el semáforo y ha juntado 250 pesos que de eso mandara 200 para su familia y 50 para lo que se le ofrezca a él. Él es papá tiene 3 niños y acaba de perder a uno por falta de atención médica y alimentación, que cuando decidió venir para cruzar la frontera su madre pidió un préstamo. Su padre se encuentra enfermo y no puede trabajar, son 7 hermanos. Menciona que con 3 huevos comen 14 (mal comen) Que le duele mucho no poder cruzar porque en vez de ayudar a su familia ha generado una deuda y que hace unos días perdieron la casa donde vivían por el cobro del préstamo. Al comentarnos esto comienza a llorar, y sigue hablando ahora con lágrimas. Lleva alrededor de 60 días que salió de su tierra con el deseo, sueño, esperanza, anhelo de poder ayudar a su familia.

También nos compartió su experiencia en el tren, lo que ha sufrido por la delincuencia organizada, los abusos de autoridad, (sobre todo los policías municipales que detienen a los migrantes y les quitan dinero para no "delatar"), a él cerca de la central camionera lo detuvieron oficiales municipales, lo revisaron y traía $300 pesos, los oficiales le pregunta que si los quiere va preso, pero que si se los dona a ellos lo dejan allí mismo, el con miedo prefiere darlo y que lo dejen libre... Sigue compartiendo su vida, su cara refleja mucha tristeza, sus ojos llorosos angustia y preocupación, pero sigue agradecido con Dios porque está vivo (hay otras cosas que prefiero omitirlas porque son delicadas), También reconoce que la gente de México es muy generosa, que le han ayudado en la comida y algunos le han regalado ropa, pero dice que también hay gente que abusa. "hace rato estaba aquí pidiendo y un joven me escupió la cara..." Sé que los molesto, que es incómodo, pero prefiero pedir que robar, no me dan trabajo... prefiero humillarme a faltar al respeto a una persona...

Ahora entiendo porque Wilson prefiere "bajar" y no entregarse. Nuestra platica duro mucho, abrió su corazón, lloro, compartió su vida, su fragilidad, sufrimiento, sueño... Es increíble todo lo que ha vivido en estos 60 días. De los tres amigos salieron diferentes propuestas, hubiéramos deseado tener una barita mágica para transformar la situación, pero la realidad es esta y es dura, a veces el sabor es fuerte y amargo. Por falta de la barita mágica tratamos de hacer lo que creíamos que nos tocaba. Así comenzamos a pedir posada en diferentes albergues, fuimos como a tres y hablábamos con los encargados y todos nos comentaron que no era posible que se quedara. Soy hombre de fe y me sentía como José y María tocando puertas y no me daban posada, es muy triste que cierren las puertas, es muy doloroso que la gente te vea feo como si fuéramos "basura" Me fui sintiendo impotente, frustrado, con mucho coraje. No puedo entender este Sistema AntiHumano, No comprendo esta sociedad, me resisto a vivir una cultura de rechazo, de indiferencia, de egoísmo. A veces también cuestiono mi fe... 

Bueno siguiendo con el día, Wilson nos comentó que había conocido a un encargado de un hotel cerca de la central, y que le ofrecieron el patio para pasar la noche, lo llevamos y no estaba el encargado. Ya casi eran las 8pm. Nuestra alternativa fue ir por unos dogos y cenar con él. 




No lo he mencionado, pero en todo el camino Wilson decía que no quería dar molestia, que agradece nuestra intención, pero no quiere incomodar, a cada rato se disculpaba. Mientras hacíamos fila para los dogos él siempre se apartaba, no se sentía parte de nosotros (además la gente andaba muy bien vestida) él con su mochila trozada, con su camisa blanca que parecía café por la tierra y unos zapatos desgastados, era difícil hacerlo sentir parte de nosotros. Todo lo que ha vivido y las humillaciones, le han robado su dignidad de humano, su ser persona, su voz.... Todos terminamos nuestro dogo, menos él, solo comió la mitad y guardo lo otro para el día siguiente.

Por último, nos dirigimos a un albergue, pero estaba cerrado, por lo cual nuevamente fuimos al hotel a ver si se encontraba la persona que le ofreció el patio... No se encontraba el encargado del hotel. Wilson comenta que con lo que junto en él día apenas le alcanza para un cuarto y dice que si lo necesita porque quiere bañarse y lavar ropa. Por lo que él pagó su cuarto con pura morralla quedándole a penas $20 pesos (todo el día en el sol aguantando insultos para pagar su cuarto)

Nos despedimos y él agradece porque le regalamos nuestro tiempo y lo escuchamos, nos da tres abrazos... Esos abrazos que hablan solos...

Sin duda una noche muy pesada, un estado de ánimo muy agotado. No lo conozco quien sabe si lo llegue a ver de nuevo, pero me hizo parte de su historia y es parte ahora de mi historia... 

(Es necesario un albergue para migrantes en Hermosillo)






Paco Durazo

3 comentarios:

  1. Que historia!!, me hizo temblar xq en vdd estamos también nosotros perdiendo la humanidad para con los más vulnerables y estas realidades no nos sensibilizan, que poder hacer para q los gobiernos actúen a favor de ellos??? De acuerdo contigo, urge un albergue para Migrantes, el INM no es opción par un trato digno para ellos!! Gracias chicos por ir hacia Aquel q sufre pues allí está el Señor!! Bendiciones

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  2. Gracias por compartir Paco, haces vivir la experiencia... urge humanizarnos y ver al otro como persona

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  3. Tenemos que entender muchos que nuestra tierra sonorense es tierra de paso de gente que va a buscar su sueño, su esperanza, su salvación de vida para los suyos. Estamos en un lugar geográfico donde los que vivimos aquí podemos ver a estos seres humanos con estas historias. Gracias Paco por compartir, sobre todo tu historia que nos cuentas nos ayude a ser sensibles para detenernos y darnos el tiempo para que, en vez "escupirlos" con la indiferencia, podamos hacerlos sentir respetados y apoyados en ese admirable esfuerzo de caminar hacia la búsqueda de mejorar su vida.

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