Comparto
un relato íntegro de un miembro de Las Abejas que tuve la oportunidad de
conocerlo y compartir la mesa y el trabajo durante el tiempo que estuve viviendo en Tzajalchén, Chiapas. Las Abejas es una organización civil que nace
en 1992. Para conocer su fundación y como surge este movimiento en las
comunidades indígenas de Chiapas (Chenalo, Tzajalchén, Acteal, etc) les invito
a visitar su blog: http://acteal.blogspot.com/p/historia-de-las-abejas.html
Este
relato hace referencia a la masacre de Acteal, para poner un poco de contexto. Las
Abejas nace por un problema de tierras y que injustamente metieron preso a una
persona. La comunidad se organizo con ayuno, oración e hicieron una marcha a la
comandancia para pedir la libertad de la persona. (Es de manera general como se
funda esta organización civil). Posteriormente en 1993 cuando sucede la
devaluación del peso en México, las comunidades de Chiapas son desplazadas de
sus pueblos. Para principios de 1997 el conflicto político en la zona comienza
a complicarse y los grupos paramilitares actúan de manera constante tomando
represalias en contra de quienes no aceptan sumarse a su causa. Posteriormente,
pugnas entre zapatistas y priístas por el derecho de explotación de un banco de
arena en el paraje de Majomut vendrá a ser una excusa usada por los
paramilitares para incrementar las acciones de violencia. Y ese es el motivo el
cual los lleva a organizarse mediante el ayuno, oración en la iglesia de
Acteal. Ahí se encuentra la comunidad reunida para pedir mediante la fe la Paz.
http://acteal.blogspot.com/p/la-masacre-de-acteal.html
Así comienza:
Nos aprietan por
todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados,
pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; padecemos continuamente
en nuestros cuerpos el suplicio de Jesús, para que también la vida de Jesús se
transparente en nuestro cuerpo.
Nuestra
gente estaba en oración y en ayuno por la paz durante dos días. La mañana de la
masacre estaba en la iglesia de Acteal. Se escuchaba balazos a la distancia. El
catequista y jefe de la zona, Alonso, dijo: “Vamos a hacer una oración más y nos
vamos. Vienen a matarnos”. Después salieron de la iglesia y a unos 40 metros de
distancia se pararon para orar una vez más. Luego se escondieron en donde
pudieron, por los dos lados de la barranca. Llegaron los paramilitares, primero
dispararon hacia la iglesia y luego vinieron de atrás buscando matar a la
gente.
Asesinaron
a 10, 6 y 4 metros de distancia. Los cuerpos rodaron por los lados de la
barranca hasta yacer en e fondo. Algunos niños y mujeres quedaron vivos pero
atrapados debajo de los muertos, un balazo atravesó el pecho de la esposa de
Alonso, matándola junto con su bebe en brazos. Alonso al verla caer, fue
ayudarla dijo: “mujer levántate, mujer levántate…” Pero no se movió. Levanto
los brazos sus brazos al cielo exclamó: “Padre, perdónalos porque no
saben lo que están haciendo.” Luego dos balazos a travesaron su cabeza y cayo
muerto encima de ellos.
Todos
estaban fuera de sí, de tristeza y coraje. Ya no querían ser miembros de las
Abejas, porque ya no vieron razón en buscar la Paz, también me sentí así, pero
me di cuenta de que al pagar un acto malo con otro no iba a solucionar la
situación. El que se levante en armas va a ganar o va a perder. Ya no queda
espacio para dialogar las diferencias. En lugar de las armas necesitamos poner
una mesa y sillas, nuestras demandas son las misma de EZLN, pero a través de
nuestra organización civil. (Las Abejas)
Fue
muy difícil quedar en actitud pacifica, cuando masacraron a 45 de nuestros hermanos
y hermanas. Era una provocación por parte de los paramilitares. Hasta cortaron
el cuerpo de una mujer embarazada y sacaron a su niño en un gesto de triunfo.
Igual que nosotros, los paramilitares son indígenas. El gobierno quiere crear
confusión y poner a indígena contra indígena. Han invadido nuestros pueblos,
han quemado nuestras casas, robado nuestras pertenencias. Nos han desplazado,
no podemos regresar. Los únicos que se pueden quedar son los que son leales al PRI
y a los Cardenistas.
Me
tratan como extranjero en mi propio país. Me paran a cada rato me hacen
preguntas, me vigilan por donde quiera que vaya. Me siento perseguido, mienten
acerca de nosotros. El gobierno no dice la verdad en la televisión. Y la gente,
desafortunadamente, está mas inclinada a creer la mentira. El gobierno dice que
somos manipulados por el Obispo Samuel Ruíz y por los extranjeros y que
nosotros queremos hacer una nación aparte. Nada de eso es cierto. No somos
tontos, pensamos por nosotros mismos. La palabra de Dios es muy clara, nos
habla de Justicia, de Liberación, de la Verdad y de la Solidaridad. Nos invita
hacer presente el Reino de Dios aquí en esta vida y no esperar pasivamente a la
otra vida.
J´tatik
Samuel Ruíz nunca nos ha llevado a la violencia. En cambio, nos pide reflexionar
la Palabra de Dios. Él sabe cómo vivimos, entiende nuestro sufrimiento, ha dormido
con nosotros en el suelo, hemos compartido nuestras casas y comida con él. Y a
los extranjeros que han venido a visitarnos, los he visto llorar amargamente
cuando ocurrió la masacre de Acteal. Tienen ojos para ver nuestra pobreza…
Dime
una cosa cuando estuvo Jesús aquí con nosotros ¿con quienes vivía y compartía más?
¿no es la obligación de los cristianos trabajar por los pobres? Han difundido
muchas mentiras que han creado confusión. A veces me siento muy cansado porque
la gente tiende a creerlas. A veces pienso “que hagan como quiera, si quieren matarse
unos a otros, que se maten” por ayudar en esto, pocas veces estoy con mi
familia. Mi esposa y mis niños tienen hambre, pero ella me ha dicho: “Antonio,
estamos dispuestos a pasar hambre porque miles de nuestros hermanos y hermanas
sufren más que nosotros. Como cristianos estamos llamados a construir el Reino
de Dios. Si no lo hacemos, no vale la pena vivir, ve y sigue trabajando”
Por último me gustaría compartir tres regalos que recibí cuando
termine mi experiencia en Tzajalchén, Chiapas, la comunidad realizó una celebración
en la iglesia en donde me entregaron:
Morral:
El morral de color blanco y hecho a mano, es el que utilizan todos en la
región, en ese morral se lleva lo necesario para el trabajo, ahí llevan el
pozol, tortillas. Ellos me lo dieron como un símbolo de envió “este morral lo
usas para cuando vayas a trabajar”
Jicara:
Representa la bebida es donde se bebe el pozol (bebida a base de maíz)
Servilleta:
Representa la comida, es donde se lleva las tortillas de lonche al campo
Estos
símbolos son lo necesario para salir a trabajar al campo. La comunidad como un
gesto me los entrego: “porque los vas a necesitar ahora que vuelvas a la ciudad
a trabajar en el Reino, ve y sigue trabajando..”
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