viernes, 21 de diciembre de 2018

Acteal: Tierra Sagrada


Comparto un relato íntegro de un miembro de Las Abejas que tuve la oportunidad de conocerlo y compartir la mesa y el trabajo durante el tiempo que estuve viviendo en Tzajalchén, Chiapas. Las Abejas es una organización civil que nace en 1992. Para conocer su fundación y como surge este movimiento en las comunidades indígenas de Chiapas (Chenalo, Tzajalchén, Acteal, etc) les invito a visitar su blog: http://acteal.blogspot.com/p/historia-de-las-abejas.html

Este relato hace referencia a la masacre de Acteal, para poner un poco de contexto. Las Abejas nace por un problema de tierras y que injustamente metieron preso a una persona. La comunidad se organizo con ayuno, oración e hicieron una marcha a la comandancia para pedir la libertad de la persona. (Es de manera general como se funda esta organización civil). Posteriormente en 1993 cuando sucede la devaluación del peso en México, las comunidades de Chiapas son desplazadas de sus pueblos. Para principios de 1997 el conflicto político en la zona comienza a complicarse y los grupos paramilitares actúan de manera constante tomando represalias en contra de quienes no aceptan sumarse a su causa. Posteriormente, pugnas entre zapatistas y priístas por el derecho de explotación de un banco de arena en el paraje de Majomut vendrá a ser una excusa usada por los paramilitares para incrementar las acciones de violencia. Y ese es el motivo el cual los lleva a organizarse mediante el ayuno, oración en la iglesia de Acteal. Ahí se encuentra la comunidad reunida para pedir mediante la fe la Paz. http://acteal.blogspot.com/p/la-masacre-de-acteal.html

Así comienza:
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; padecemos continuamente en nuestros cuerpos el suplicio de Jesús, para que también la vida de Jesús se transparente en nuestro cuerpo.

Nuestra gente estaba en oración y en ayuno por la paz durante dos días. La mañana de la masacre estaba en la iglesia de Acteal. Se escuchaba balazos a la distancia. El catequista y jefe de la zona, Alonso, dijo: “Vamos a hacer una oración más y nos vamos. Vienen a matarnos”. Después salieron de la iglesia y a unos 40 metros de distancia se pararon para orar una vez más. Luego se escondieron en donde pudieron, por los dos lados de la barranca. Llegaron los paramilitares, primero dispararon hacia la iglesia y luego vinieron de atrás buscando matar a la gente.


Asesinaron a 10, 6 y 4 metros de distancia. Los cuerpos rodaron por los lados de la barranca hasta yacer en e fondo. Algunos niños y mujeres quedaron vivos pero atrapados debajo de los muertos, un balazo atravesó el pecho de la esposa de Alonso, matándola junto con su bebe en brazos. Alonso al verla caer, fue ayudarla dijo: “mujer levántate, mujer levántate…” Pero no se movió. Levanto los brazos sus brazos al cielo exclamó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que están haciendo.” Luego dos balazos a travesaron su cabeza y cayo muerto encima de ellos.
Todos estaban fuera de sí, de tristeza y coraje. Ya no querían ser miembros de las Abejas, porque ya no vieron razón en buscar la Paz, también me sentí así, pero me di cuenta de que al pagar un acto malo con otro no iba a solucionar la situación. El que se levante en armas va a ganar o va a perder. Ya no queda espacio para dialogar las diferencias. En lugar de las armas necesitamos poner una mesa y sillas, nuestras demandas son las misma de EZLN, pero a través de nuestra organización civil. (Las Abejas)



Fue muy difícil quedar en actitud pacifica, cuando masacraron a 45 de nuestros hermanos y hermanas. Era una provocación por parte de los paramilitares. Hasta cortaron el cuerpo de una mujer embarazada y sacaron a su niño en un gesto de triunfo. Igual que nosotros, los paramilitares son indígenas. El gobierno quiere crear confusión y poner a indígena contra indígena. Han invadido nuestros pueblos, han quemado nuestras casas, robado nuestras pertenencias. Nos han desplazado, no podemos regresar. Los únicos que se pueden quedar son los que son leales al PRI y a los Cardenistas.
Me tratan como extranjero en mi propio país. Me paran a cada rato me hacen preguntas, me vigilan por donde quiera que vaya. Me siento perseguido, mienten acerca de nosotros. El gobierno no dice la verdad en la televisión. Y la gente, desafortunadamente, está mas inclinada a creer la mentira. El gobierno dice que somos manipulados por el Obispo Samuel Ruíz y por los extranjeros y que nosotros queremos hacer una nación aparte. Nada de eso es cierto. No somos tontos, pensamos por nosotros mismos. La palabra de Dios es muy clara, nos habla de Justicia, de Liberación, de la Verdad y de la Solidaridad. Nos invita hacer presente el Reino de Dios aquí en esta vida y no esperar pasivamente a la otra vida.

J´tatik Samuel Ruíz nunca nos ha llevado a la violencia. En cambio, nos pide reflexionar la Palabra de Dios. Él sabe cómo vivimos, entiende nuestro sufrimiento, ha dormido con nosotros en el suelo, hemos compartido nuestras casas y comida con él. Y a los extranjeros que han venido a visitarnos, los he visto llorar amargamente cuando ocurrió la masacre de Acteal. Tienen ojos para ver nuestra pobreza…



Dime una cosa cuando estuvo Jesús aquí con nosotros ¿con quienes vivía y compartía más? ¿no es la obligación de los cristianos trabajar por los pobres? Han difundido muchas mentiras que han creado confusión. A veces me siento muy cansado porque la gente tiende a creerlas. A veces pienso “que hagan como quiera, si quieren matarse unos a otros, que se maten” por ayudar en esto, pocas veces estoy con mi familia. Mi esposa y mis niños tienen hambre, pero ella me ha dicho: “Antonio, estamos dispuestos a pasar hambre porque miles de nuestros hermanos y hermanas sufren más que nosotros. Como cristianos estamos llamados a construir el Reino de Dios. Si no lo hacemos, no vale la pena vivir, ve y sigue trabajando”



Por último me gustaría compartir tres regalos que recibí cuando termine mi experiencia en Tzajalchén, Chiapas, la comunidad realizó una celebración en la iglesia en donde me entregaron:
Morral: El morral de color blanco y hecho a mano, es el que utilizan todos en la región, en ese morral se lleva lo necesario para el trabajo, ahí llevan el pozol, tortillas. Ellos me lo dieron como un símbolo de envió “este morral lo usas para cuando vayas a trabajar”
Jicara: Representa la bebida es donde se bebe el pozol (bebida a base de maíz)
Servilleta: Representa la comida, es donde se lleva las tortillas de lonche al campo
Estos símbolos son lo necesario para salir a trabajar al campo. La comunidad como un gesto me los entrego: “porque los vas a necesitar ahora que vuelvas a la ciudad a trabajar en el Reino, ve y sigue trabajando..”